Pastoral


MISIÓN


La meta de la acción pastoral es el anuncio de la Buena Nueva de Jesús y la edificación de la Iglesia.

El anuncio del mensaje cristiano conduce a la verdadera liberación: “Habéis sido llamados a la libertad” (Gál 5,13).

Toda actividad pastoral, y particularmente la mercedaria, conlleva un mensaje de liberación: “La Iglesia tiene el deber de anunciar la liberación de millones de seres humanos, entre los cuales hay muchos hijos suyos; tiene el deber de ayudar a que nazca esta liberación, de dar testimonio de la misma; de hacer que sea total. Todo esto no es extraño a la evangelización” (E.N. 30)

La Evangelización implica un proceso de educación liberadora y humanizadora. Este proceso puede y debe entenderse como liberación integral o proceso integral.

Como mercedarios queremos ofrecer, dentro de la Iglesia, una palabra a favor de la liberación de la cultura. Son muchos los que están empeñados en imponer a los demás una determinada concepción de la vida, utilizando para ello medios culturales (educación y propaganda, control informativo, etc). Se empieza ya a decir que el poder supremo es la “COMUNICACIÓN”, entendida en un sentido extenso: dominan el mundo los que elaboran y controlan eso que pudiéramos llamar la “nueva subjetividad” de la ciencia y de la técnica, pudiendo modelar de esa manera la mente de los hombres (cfr. M.C.G. 92,50).

Pues bien, en contra de eso es necesario que desarrollemos un proyecto de EDUCACIÓN LIBERADORA que, asumiendo el valor de la ciencia y de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, las ponga al servicio de la plenitud del hombre (cfr. M.C.G. 92,51).

EDUCAR DE UN MODO INTEGRAL. No se trata de enseñar sólo técnicas, hechos, conceptos y principios. Se trata fundamentalmente de crear personas, haciéndolas capaces de desarrollarse de un modo integral: que no se dejen dominar por la propaganda, que cultiven valores de solidaridad, de libertad y de justicia (cfr. M.C.G. 92,52).

EDUCAR EN CLAVE EXPLÍCITAMENTE CRISTIANA. Una educación que en su estilo ayude a desarrollar los valores evangélicos. La fe no se impone, ni se enseña como ciencia o técnica. Pero ella se puede y se debe testimoniar con el ejemplo de vida (primer método de evangelización, según Pablo VI) y con la entrega a favor de los valores del Reino de Jesús (cfr. M.C.G. 92,52).

EDUCAR EN CLAVE DE REDENCIÓN. Nadie puede formar liberadores, creando una especie de escuela o taller. Entran aquí muchos factores de gracia y de elección, de búsqueda personal y entrega de vida. Pero como centro mercedario queremos ser una especie de “ESCUELA DE LIBERACIÓN” donde otras personas puedan iniciarse con nosotros en el camino de una educación al servicio de la libertad humana y fe cristiana. Educamos para liberar de los riesgos de una cautividad cultural (cfr. M.C.G. 92,52).

OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL: (Finalidad última que nos proponemos si este Proyecto de Pastoral alcanza su realización plena).

Hacer que la COMUNIDAD EDUCATIVA (padres, alumnos y profesores) sea comunidad evangelizadora, de presencia mercedaria e inserta en el ambiente por medio de la acción liberadora.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS: (Finalidades intermedias que nos proponemos para conseguir la finalidad última).

1.- Potenciar procesos de formación de seglares (niños, adolescentes, jóvenes y adultos) para que, a partir de la experiencia y la acción, se capaciten para ejercer la acción liberadora en la sociedad. Optar por una auténtica misión compartida y crear un clima propicio para la opción vocacional.

2.- Asumir compromisos a favor de la justicia social y los derechos humanos, siendo solidarios con las situaciones de cautividad actuales a través de la presencia activa en los espacios públicos y privados donde se decide la suerte de las personas, especialmente de los más pobres.

3.- Potenciar la experiencia comunitaria a través de la participación responsable en los distintos órganos de coordinación y movimientos (Consejo de Pastoral, Comisión de Liturgia, Movimiento Juvenil Mercedario, Cofradías, Orden Tercera, Acción Liberadora, etc.).

4.- Formar animadores capaces de promover grupos y comunidades que actúen en línea de compromiso liberador.

5.- Renovar las celebraciones comunitarias de la fe (oración de la mañana, eucaristías, stops, ...) a fin de que sean espacio evangelizador-liberador y expresión de la auténtica vida de la comunidad.